El informe «Pasado, presente y futuro de la monitorización» explora los aspectos más relevantes de la historia de la monitorización de TI y describe los conceptos que más han influido en su evolución a lo largo del tiempo.
Si lo desea, puede descargarse gratuitamente el informe completo:
En las secciones siguientes, se resumen las principales ideas del informe, que se publicó en la segunda entrega de la revista de itSMF España.
Los orígenes de la monitorización
La monitorización de TI empezó siendo una forma de comprobar los servidores disponibles y los dispositivos conectados. Pronto pasó a utilizarse también en los ámbitos de hardware y sistema operativo, entre otros.
Este tipo de monitorización, llamada device-centric, se centra en el análisis individualizado del estado de los dispositivos, comparando los datos obtenidos con unos parámetros preestablecidos. Si los valores no están dentro de estos parámetros, la herramienta genera una alerta.
Sin embargo, la monitorización device-centric tiene varios inconvenientes. Entre ellos, la falta de contexto y visión global o la generación de un gran volumen de medidas que no siempre son de utilidad. Aún así, muchas empresas siguen utilizando este tipo de monitorización hoy en día.
Más adelante, se produjo un fenómeno de especialización de la monitorización, con herramientas específicas gestionadas por diferentes departamentos o equipos. Estas herramientas ofrecen más detalles sobre aspectos concretos, como la infraestructura o las aplicaciones.
Complementariamente, aparecen herramientas cuya función es concentrar toda la información relevante, y generar «alertas complejas». Gana entonces protagonismo el término telemetría, que engloba los conceptos de eventos, métricas, logs y trazas, y que se define como «todo el conjunto de datos relevantes para la monitorización, independientemente de la herramienta que los facilita y su formato.»
Pero este tipo de monitorización no está exenta de inconvenientes. Por un lado, la especialización y la gestión descentralizada no facilitan la resolución de problemas. Por otro, aunque se genera una gran cantidad de información, eso no significa que se comprenda e interprete mejor, y puede producir problemas de almacenamiento. Además, este nivel de especialización sigue sin proporcionar un visión de conjunto.
Como se menciona en el informe, «el objetivo no debería ser monitorizar muchos parámetros, sino identificar aquéllos que son adecuados, significativos y relevantes, dentro de un modelo que permita diferentes niveles de análisis.»
Monitorización ITSM: Basada en servicios y gestionada por procesos
La monitorización de servicios y procesos ITSM proporciona una visión agregada no disponible en los dos tipos anteriores. En línea con los aspectos clave de ITIL e ISO 20000, este tipo de monitorización pone el foco en los servicios. En concreto, se centra en verificar el cumplimiento de los niveles de servicio establecidos en el SLA, independientemente de que alguno de sus componentes no funcione correctamente.
El nivel de agregación inherente en este tipo de monitorización facilita la interpretación por parte de los usuarios de negocio. Permite también un análisis multidimensional mediante la monitorización de los niveles de servicio de cada proceso. Además, propicia a la identificación de «relaciones causa-efecto», permitiendo una monitorización más predictiva.
En el informe se destacan la gestión de la capacidad y la gestión de la disponibilidad como los procesos ITSM más frecuentes en la monitorización de TI, y se exponen sus principales características y las diferencias entre ellas.
Aunque este tipo de monitorización es mucho más maduro que los anteriores, presenta el inconveniente de que no existen instrucciones precisas, ni en ITIL ni es ISO 20000, sobre cómo implementarlo. Se deja, pues, en manos de la organización el proceso de identificación de indicadores clave o KPIs y la definición e implementación de un modelo propio.
Como respuesta a este problema, nacieron las herramientas BSM (Business Service Management). Estas herramientas buscan satisfacer las necesidades del negocio, tienen una clara orientación a servicios y a la gestión por procesos, y proporcionan un abordaje sistematizado a la monitorización ITSM.
Sin embargo, la vida de las herramientas BSM fue corta. Debido a las dificultades de su implementación y a las carencias tecnológicas del momento, su nivel de adopción fue bastante bajo. Finalmente, un informe publicado por Gartner en 2016 las declaró obsoletas.
Tendencias actuales en la monitorización de TI
El informe menciona varias tendencias actuales de la industria que afectan a la monitorización de TI. Entre ellas:
- Creciente migración de infraestructura, plataformas y servicios a entornos cloud.
- Provisión de recursos bajo demanda.
- Aparición de entornos de orquestación de contenedores.
- Arquitecturas de software basadas en microservicios.
En reacción a estas tendencias, han surgido varias herramientas de monitorización cloud-native específicas para esos propósitos.
Otra tendencia que afecta a la monitorización de TI es la aplicación de Agile, tanto al desarrollo de software como a otros ámbitos. El informe lanza la pregunta «¿Pueden convivir la orientación a producto y la orientación a servicios?«
Por otra parte, encontramos el movimiento DevOps, estrechamente relacionado con Agile. DevOps presenta un ciclo de vida que engloba desarrollo y operaciones y proporciona un marco para la implantación de prácticas que fomenten la colaboración entre estos ámbitos.
Agile y DevOps aportan flexibilidad y horizontalidad a los procesos, resultando en una reducción de los tiempos y un mayor valor para el negocio. Respecto a la monitorización, estas tendencias auguran un «shift-left» en el cual los desarrolladores ganarán protagonismo a la hora de identificar los aspectos a monitorizar y garantizar que las aplicaciones son monitorizables.
Más adelante, se compara DevOps con Site Reliability Engineering (SRE), utilizado por Google, nombrando los principales aspectos de este último y destacando su enfoque en la fiabilidad.
También se habla del concepto de observabilidad, que se define como «la capacidad de una aplicación o un sistema de ofrecer información útil al exterior sobre su estado interno». Se argumenta que la observabilidad es la base sobre la que se asientan la monitorización y, posteriormente, el análisis.
Por último, el informe menciona la monitorización de la experiencia de usuario, que incorpora tecnologías que permiten observar la experiencia del usuario durante su interacción con el servicio o recurso.
AIOps, el futuro de la monitorización de TI
Además de la influencia de las tendencias actuales ya descritas, ¿Qué nos depara el futuro de la monitorización? Según el informe, la aparición de AIOps, actualmente en fases iniciales de desarrollo, constituye el último paso en la evolución de la monitorización hasta la fecha.
El concepto AIOps hace referencia aquellas herramientas de monitorización que, mediante la incorporación de inteligencia artificial a las operaciones, permiten la sistematización y automatización de tareas. Pudiendo considerarse una evolución de BSM, AIOps deja gran parte de las tareas de análisis a la inteligencia artificial.
Además de proporcionar una visibilidad end-to-end, mostrar indicadores en tiempo real, y realizar un análisis predictivo para detectar anomalías a tiempo, las herramientas AIOps incluyen, entre otros aspectos, funcionalidades prescriptivas, como pueden ser las recomendaciones y la autorreparación.
Estas herramientas pueden clasificarse en dos grupos. Si procesan solamente datos que ellas mismas generan, se consideran domain-centric. Por el contrario, las que pueden integrarse con otras fuentes de información se denominan domain-agnostic.
La innovadora plataforma de monitorización inteligente de Obsidian se encuentra entre esta últimas, e incluye una capa de modelado de negocio, además de dashboards para la visualización de indicadores.
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